PARTE 10
Va caminando por la acera y sus sandalias terminan por romperse, se para de golpe para arreglar el daño cuando Doña Alicia, quien iba reprendiendo a su hijo José por haber metido a su gato Arañazo en la casa del viejo Joaquín, choca con Susell (que en esa mañana ella es Eleonor) aventándola al puesto de mango de Misael quien acababa de crear a la pirámide más alta, curiosa y extrema de mangos que alguien con suficiente tiempo haya hecho, pero Eleonor termina derrumbándolas como una chuza perfecta; al caer, uno de los mangos sale disparado y golpea a Regina obligándola a tirar su paleta por el golpe.
Va caminando por la acera y sus sandalias terminan por romperse, se para de golpe para arreglar el daño cuando Doña Alicia, quien iba reprendiendo a su hijo José por haber metido a su gato Arañazo en la casa del viejo Joaquín, choca con Susell (que en esa mañana ella es Eleonor) aventándola al puesto de mango de Misael quien acababa de crear a la pirámide más alta, curiosa y extrema de mangos que alguien con suficiente tiempo haya hecho, pero Eleonor termina derrumbándolas como una chuza perfecta; al caer, uno de los mangos sale disparado y golpea a Regina obligándola a tirar su paleta por el golpe.
Al ver la paleta tirada, Regina hace un gran berrinche y de nuevo comienza a llorar, haciendo que la migraña de su Madre Isabella se vea más pronunciada y así también su mal humor, que es reflejado en sus miradas con quien se le pusiera enfrente y en esta ocasión fue su esposo Rogelio, a quien se le ocurrió pasar por esa mirada, total que termina regañado por sus amoríos clandestinos que tuvo en su relación de novios que fue hace más de 5 años, Isabella camina con el seño fruncido y lo va acorralando hasta que Rogelio choca con una pirámide, no tan ostentosa pero bien arreglada de mangos, Misael (quien curiosamente traía vestigios de mango por todo su cabello) voltea totalmente molesto a reclamar por tal atrocidad, Isabella lo defiende, Regina sigue llorando, Doña Alicia acusa a la joven despeinada y todos comienzan a pelear.
Por fin llega a casa Eleonor y se hace una taza de café, se dirige a su cuarto para cambiarse de ropa y nota pintura roja sobre ella, no lo había notado porque no se veía mucho y al entrar ve a Rafael con botella en mano tendido en su cama y derramando una especie de tinta roja en el piso de madera.