viernes, noviembre 4

Otro más


Parte 12


Ya era muy tarde, no había manera de hacer más… No podía sacar de su mente la imagen de Rafael entre sus sabanas, pero esta vez  no como en las otras ocasiones,  en donde quedaba totalmente dormido tras un exhaustivo movimiento de cuerpos como solían acostumbrar, no había más, Rafael murió en aquella habitación.

¿Qué puedo decir? Pues que no era tan vil como parecía, reconozco que era un hombre letrado, con buenos modales y con una forma muy agradable para cualquier vista, él, amable con los desconocidos pero cruel con los pocos que lo querían, ese era Rafael y aún  con su arrogancia y vanidad nunca se quedaba solo, siempre tenía con quien pasar una buena noche;  era totalmente injusto, decía Fidel, su amigo desde la secundaria.

Ahora que lo menciono Fidel parecía seguir mucho a Rafael, fueron amigos por mucho tiempo, de hecho lo salvo de muchos problemas, hasta que se cansó y terminaron peleados y hasta con golpes justo una semana antes de su muerte repentina, lo cual lo colocó como sospechoso, pues muchos sabían de su relación y de su última pelea.

No tenía elección lo hicieron pasar y declarar, mientras entraba veía a una mujer que se le hizo conocida, aunque no podía recordarla lo único que vio fue que hablaba mucho y no paraba de señalar a la pobre de Eleonor, quería protegerla y llevársela lejos, la amaba en secreto y no se inmuto cuando se enteró de la muerte de Rafael.

Rafael hacía sus fechorías y era un hombre con muchos problemas, declaró Fidel,  no le importaba arruinar matrimonios ni herir a sus relaciones, no buscaba nada en especial ni se encaprichaba de nadie. Hasta que llegó a su oficina una mujer con belleza singular, ojos grandes, cabello lacio y de vestido no tan corto pero no tan largo como para no dejar apreciar sus piernas, sí ella, Eleonor.

Él la acechaba, yo la veía pasar como es costumbre a la florería de la señora que acaba de salir, a sí, Doña Socorro, yo era su vecino y de hecho la cafetería está justo a un lado de su tienda de antigüedades, Rafael iba cada mañana a mi cafetería y salía a buscar a Eleonor, casi siempre trataba de acariciar más de lo que ella le permitía yo siempre iba en su auxilio, no creo que Eleonor haya hecho algo, y si lo hizo bien merecido lo tenía, aunque ¡aclaro!  Podría asegurar que Eleonor no lo hizo le pusieron una trampa y creo saber quién fue.
                                                                                                                    

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